20.3.08

R.E.M.: Accelerate: El regreso de "la mejor banda de rock del mundo"



En Accelerate, la nueva obra de R.E.M. tras cuatro años, no hay canciones como The one I love o como Drive (dos de mis favoritas) pero contiene la crudeza instantánea del rock, esa chispa orgánica de belleza sin pulir que siempre acompañó a la banda y que se echaba en falta en otros discos de trascendencia y alcance menor (Around the sun o Up eran, en mis entendederas, discos sin brillo, planos casi).
Accelerate recobra el vigor perdido: lo hace acudiendo a un dietario conocido: barridos orgiásticos de guitarras, la voz hipnótica de Michael Stipe y una selección notable de canciones, que es al fin y al cabo el reclamo inmediato, la parte lustrosa de esta sacrosanta institución de la música rock adulta (sin escoramientos raros, sin etiquetas excesivas) que son mis R.E.M. Míos, sí: lo son desde que Green me iluminó el alma en una época en la que mi pasión por las novedades no era alta ni era jubilosa. Me quedé colgado a temas como Orange Crush o Pop song 89. Stipe en esta ocasión borda su interpretación dramática, que es lo que siempre hizo y casi siempre hizo muy bien: se acopla a las canciones como Peter Gabriel se solapaba a los textos y a la intensa personalidad de los primeros Genesis (otra debilidad de este cronista de sus vicios, qué le vamos a hacer). Lo hace en once canciones que no superan los 35 minutos, cosa que me irritó pero que he perdonado tras escuchar con atención y generosas dosis de embeleso el material regalado a la parroquia fiel.
Queda lejos la época en que R.E.M. fueron los abanderados de la música rock alternativa en los Estados Unidos de América, esa América que ellos aman y a la que piden que reflexione sobre el caos reinante y la apatía de los gobiernos (Bush en cabeza) para recuperar la cordura. No podemos ignorar (nunca fue así) la vertiente política de la banda: R.E.M. ha participado en numerosos eventos de raíz social, muchos de los cuales han criticado abiertamente al gobierno de Bush y han planteado serias dudas de que la cosa pueda solucionarse caso de persistir la misma mano dura y el mismo encallecido sistema de valores nacionales.
En el apartado meramente técnico o laboral, se nota que Accelerate está trabajado en estudio para ser tocado en directo. Es uno de esos discos que sonaría perfecto de principio a fin (I'm gonna DJ ya lo avanza con sólo fijarnos en el anterior y monetario Live). Los tesoros sobre los que se apoya el disco son muchos, pero tres a destacar: Man-size wreath, la mejor canción, Supernatural Superserious, Horse to the water y la citada I'm gonna DJ, una frivolidad apocalíptica, un canto a la libertad absoluta de un creador que se sabe en el cénit de su talento.
La épica de R.E.M. labra un peldaño más: Accelerate recrea con mucho oficio las artes del rock, su insobornable capacidad de mover hebras íntimas del alma humana y ponerla a brincar, a reconocer la materia de la que están hechos los sueños(sí, claro, eso no iba a ser patrimonio exclusivo del Halcón Maltés). A eso contribuye un bajo exacto (Mills) y unos arabescos trenzados con lujuria (Buck) que dan a las canciones suficiencia para reclutar nuevos adeptos, aunque (todo sea dicho) no la magia antigua, ésa que regalaron a destajo hasta que el demonio de la mediocridad los embruteció. Aquí no hay terminos medios escandolosos: todo brilla (o casi todo: no me entra Mr. Richards, pongo por caso, pero se acepta el ofrecimiento y se entiende que los R.E.M., a pesar del megaestrellato, incurren en ocasiones en regresos fantásticos a los orígenes, cosa que otros grupos de parecido calado popular y valía pareja no hacen jamás porque eso vendría a confirmar que no innovan, que no avanzan: Stipe, Buck y Mills no tienen pudor artístico y tiran del bagaje conocido y hay tramos de Accelerate que suenan a Monster (esas guitarras) o al vértigo melódico de la primera época, cuando no tenían compromisos y administraban el talento sin miedo a que los gurús de la crítica los ignorara. No fue así: su inteligente mezcla de rock, punk, folk-rock y briznas de pop setentero, su baza del directo y la contundencia de sus canciones (aquí es donde se acaba por entender todo) hicieron que la banda escalafonara en los ochenta hasta alcanzar el olimpo absoluto del rock entendido como una de las bellas formas de entender estos tiempos y traducirlos a material de consumo digno. Mi amigo Rafa tendrá argumentos más de peso. Ya me los contará. Lo que tenemos es un disco fucking great, que diría mi amigo K. cuando se pone english con dos gin tonics de Bombay en un bar de callejón mientras afuera cae una tromba de agua. Se lo voy a recomendar en cuanto lo vea.
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4 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo he oido en itunes y me ha parecido lo que dices, rapido, vertiginoso, hecho con adrenalina más que con lirismo. Todavía no ha vuelto la mejor banda del rock del mundo que tu dices en tu titulo pero están cada vez más cerca.
Saludos. Abrazos.

Mycroft dijo...

Mi opinión es algo distinta: El enfermo se ha levantado del coma, es cierto, pero jamás volverá a caminar sin muletas.

Emilio Calvo de Mora dijo...

Rafa, Mycroft, decís los dos más o menos lo mismo, pero Mycroft es más pesimista. REM puede que levanten vuelo. Camino de eso van. Materia tienen. Tuvieron. No sé.

Franklin Orlando (paquito) Loachamin dijo...

Mas o menos.
me gusta mas New adventures no he logrado escuchar algo tan bueno como Electrolite o como E boww a letter.....
quiero vivir pero no me entusiasma la vida ,.. .,.,.,

Un aforismo antes del almuerzo

 Leve tumulto el de la sangre, aunque dure una vida entera su tráfago invisible.