Es probable que tan sólo fuese un partido de fútbol, pero siempre hay algo debajo. Hoy algunas certidumbres exclusivamente deportivas: la evidencia de que el Barcelona está en otro nivel, la conclusión de que la suerte o la fe o la garra son materia caduca, y está la celebración total del espectáculo, que es lo que esta noche han entregado, a modo de festín óptico, estos dos equipos grandiosos. Uno (al cierre) más grandioso que otro. Imperial. Incomoda el resultado, por los colores que le tiran a uno, pero agrada (y mucho) todo lo demás.
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2 comentarios:
Un palizón, Emilio!! No te equivocas. Hay que hacerle el paseillo a estos grandes. Saludos. Rafa
Me encantó el espectáculo, insisto, aunque yo esperara (ejem, ejem) otra cosita... Saludos, Rafa.
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