A falta de sostener con pruebas condenatorias las naturales inclinaciones pesimistas sobre una película de Haneke (y más ésta) embutida en un traje comprado en Sunset Blvd., me quedo con el morbo de devorarla y hacer luego la pirotecnica sentimental habitual. Hace tiempo (y me equivocaré) que no tenía tantas ganas de ver una película.
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2 comentarios:
No te arrepentirás de verla ni de absorberla ni de dejarte atrapar por su atmósfera adictiva y demencial. Ni siquiera por el calco que tanto se ha criticado (y que a mí me sigue produciendo la misma náusea que hace 11 años). Quizá precisamente por el calco. Por ser el mismo cine incómodo, visceral, gamberro y asfixiante de Haneke, el de siempre, el lúcido y sabio Haneke.
Es un calco fotograma a fotograma de la version europea. Una tomadura de pelo. O una segunda tomadura de pelo. No merece la pena el esfuerzo, Emilio. No te sientas obligado.
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