19.2.24

Monument Valley





 Dios mira su obra. Contempla el azar y las causas, los arcanos y las evidencias, el terrible solo de sangre que barre el aire como una letanía. Dios renuncia a entenderla. Sospecha que se le vendrá en su contra. Tiene las botas sucias y  la corazón henchido. Sin embargo, a pesar del vértigo y de la fiebre, la siente suya.. Como si la trama ya estuviese escrita y él únicamente se hubiese dedicado a transcribirla. Dios está siempre solo y nadie puede comprenderlo nunca. 

1 comentario:

Sergio DS dijo...

Dios siempre está solo, exista o no.

De un fulgor sublime

Pesar  la lluvia, su resurrección  de agua, es oficio es de poetas. Un poeta manuscribe versos hasta que él entero es poesía y cancela la co...