A los pájaros les tengo la envidia de las alas. No me los imagino en la quietud de la tierra, apaciguados en la rama de un árbol o en un cable de un tendido eléctrico, como el que vi ayer por la mañana y que me explicó más del mundo que muchos de los escritores que me han cogido de la mano y conducido por la intemperie de los días. Lo vi tan satisfecho y digno que me desentendí de mi condición de hombre y anhelé haber sido pájaro, aunque ese avenate inverosímil durara poco en mi cabeza y no tuviese más remedio que regresar a mi condición enteramente pedestre. El resto del día fue de una sobrecogedora rutina. No hubo nada que me hiciese pensar que pudiera izar el vuelo.
28.2.25
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Borges / Mala fe
No podría haber “Mala fe” de no haber Borges. Me he permitido una licencia. Hasta una cita suya sirve de hilo espiritual de toda la trama.

-
Con suerte habré muerto cuando el formato digital reemplace al tradicional de forma absoluta. Si en otros asuntos la tecnología abre caminos...
-
Hay cosas que están lejos y a las que uno renuncia. Tengo amigos que veré muy pocas veces o ninguna. Tengo paisajes en la memoria que no v...
-
A elegir, si hubiera que tomar uno, mi color sería el rojo, no habría manera de explicar por qué se descartó el azul o el negro o el r...
No hay comentarios:
Publicar un comentario