Esta manera de hacer las cosas ya no se lleva. No sé qué tendría que pasar para que volviésemos al blanco y al negro, a los títulos de crédito sin que una sola imagen de la cinta se colase por debajo. No sé cómo podríamos volver a 1.934. Si una vez llegados a destino, querríamos volver a este 2.011 zarrapastroso y de vaudevil. Si este cine de ahora tiene algún Capra que nos asista. Si hay algún William A. Wellman. Si un Lubitsch. Un Whale. Un Ford. Parece un rap.Volver a Capra después de Pulp Fiction.
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4 comentarios:
Emilio, no puedo estar más de acuerdo, palabra por palabra. A veces incluso me olvido de esa sensación de regreso imposible, para seguir viviendo. Pero luego ocurre lo que decía Gimferrer: "tú vives en las viejas películas", o algo parecido. En ese "Gran Hotel" de los sueños posibles. Un fuerte abrazo!
Volver a los diecisiete después de vivir un siglo, que decía la canción. Yo me fugo de vez en cuando a este reino invisible. El de la RKO, el de la Columbia de los treinta o, ya puestos, el reino de la filmografía completa de Lubitsch, al que vuelvo a cada poco como el que regresa a casa y se le ensancha el pecho y se llena de ese júbilo pequeñito de las cosas conocidas, amadas.
Abrazo fuerte para ti, Joaquín.
Con aquel cine en blanco y negro, no hay color...
Regresar a Capra es un imposible. Recuerdo que a Phil Alden Robinson le apodaron el nuevo Capra en los noventa. Siempre hay un nuevo Capra, calificación que deberían recibir los soñadores y que a cambio se dispensa a los cursis. Películas como "Sucedió una Noche" quedan para los cineforums; para charlas a medianoche entre amigos al resgardo de un café. Su tiempo pasó y puede que su encanto resida en tal circunstancia. Puede que no. A estas alturas sé cada día menos.
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