13.9.07

Wolf creek: Terror adulto




Hay comportamientos perturbados que matrimonian bien con cierto cine de temperamento comercial, cine que privilegia el efectismo al planteamiento austero o sensato. Wolf creek es la inversión arquetípica de esta norma y conduce su trama entre la postal a lo National Geographic, el Dogma de Lars Von Trier y, por supuesto, en su sincopado final, el slasher puro, ese body count de resonancias adolescentes que aquí se deja contaminar por un renovado punto de vista. La ópera prima del australiano Greg McLean desmonta el patrón esquemático de la tromba de películas de similar presupuesto y plantea un más que decente estudio de personajes y una verosimilitud que sorprende, por inesperada, cuando lo que espera uno, a la vista del desasosegante cartel, es una masacre, uno de esos entretenimientos modernos que explotan el morbo y erigen la truculencia como reclamo más llamativo.El guión del propio McLean no ofrece nada nuevo: todo está ya más que visto. Esto es lo hemos escrito muchas veces, pero lo sorprendente y lo que timbra esta cinta de especial es la capacidad de su autor para mantener cierto tipo de equilibrio que únicamente se ve alterado con la previsible, necesaria y atractiva parte final, rigurosa y heredera de todo el patrimonio estético alumbrado por Boorman, Hopper o Craven, maestros fundacionales del género.
El paisaje australiano incorpora un atrezzo progresivamente hostil, que influye en muchas de las sensaciones provocadas por el desarrollo de la trama, pero no al modo en que Aja lo usa en Las colinas tiene ojos. Aquí el naturalismo tiene una morosidad interesada, cómplice del pausado recorrido del guión. McLean obvia la casquería y monta un producto digno, nuevo dentro de que es imposible que lo sea enteramente, pero por encima de la riada infame de películas de terror juvenil, reventonas de carne, fundamentadas en un número siempre satisfactorio de escenas "calientes" donde el psicópata de turno desmembra al personal y guarda en un sótano las vísceras como trofeos de caza.


No hay comentarios:

5 aforismos

No tener vicios declarados es, más que sospechoso, lamentable. Quien no tiene un vicio por el que se le conozca a la luz de su vigilia, los ...