Hizo como que nadie le oía y abrió fuego con la munición de los verbos esdrújulos. Rebotaban en las paredes pintadas. Los cultismos, en cambio, estallaban limpiamente en el aire como voluta barroca, pero no pudo advertir qué destino aguardaba a los poemas de amor y cómo conquistaban el mar, el cielo, las sombras. Luego calló y alguien, severo, adusto, le conminó al exilio, a considerar el despropósito de la empresa, la autoría infame de su oficio.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Tres cielos
No haber un biógrafo fiable del cielo, no de la ciencia que lo escudriña y tasa, sino de su paisaje y de su historia. Alguien que anote el p...
-
Con suerte habré muerto cuando el formato digital reemplace al tradicional de forma absoluta. Si en otros asuntos la tecnología abre caminos...
-
Hay cosas que están lejos y a las que uno renuncia. Tengo amigos que veré muy pocas veces o ninguna. Tengo paisajes en la memoria que no v...
-
Tinto Brass , en cierto modo, es un viejo verde con una cámara: uno del tipo que cambia los Anales de Tácito o las Obras Completas de Giaco...
No hay comentarios:
Publicar un comentario