No hay discurso subliminal. Ni siquiera hay discurso. Turistas engolfa su vocación blockbuster con una colorida sarta de tópicos que impiden la libre circulación de sangre por el cerebro del espectador, que es en todo momento considerado como imbécil. Este cronista lo fue durante una lamentable hora en la que basculé entre la incertidumbre sobre mi verdadero aguante cinéfilo y la certeza de que aquella exposición acabaría por causarme algún daño irreparable. Qué sé yo: tal vez en adelante no pueda disfrutar de Fritz Lang o de las buenas películas suecas de arte y ensayo ( Dios guarde al maestro Bergman ). A lo mejor, no acabo de estar seguro, mi sensibilidad se haya maleado del todo y ya no pueda, ay, engolosinarme con mis habituales raciones de cine bueno. ¿ Que cuál es el cine bueno para este amanuense digital ¿ Pues cualquiera que me emocione: todo aquél que me procure asombro. A mí este arrebato carioca de turistas descerebrados (da igual que no sean adolescentes excesivamente hormonados) me ha parecido una de las películas más huecas de la Historia del Cine.Esta noche busco acudo a Vincent Minnelli: Cautivos del mal, 1952. Kirk Douglas y una arrebatadora femme fatale llamada Lana Turner. La he visto las veces suficientes, pero sé que todavía tiene la capacidad para hacerme feliz.Eso el cine. Esto de Turistas no es cine: es onanismo visual.
Queda el curioso lector advertido. No conozco el final, pero no he tenido empeño en alcanzar ese clímax tal vez necesario para advertir la fuerza moral de la trama.
3 comentarios:
Hola, Emilio.
Salvo por la novedad de Brasil, todo ya visto. Yo sí llegué al final y tiene algo que quizá debiste ver. Pero no importa. Es cierto que Lang o Welles o Truffaut son mejores, pero hay que ver de todo. De todo. Un abrazo y adiós.
Es que "Turistas" es una mierda. Así de claro. No existe otra palabra en el idoma castellano que la pueda definir de modo más certero. El desastre se manifiesta tan pronto que también yo estuve tentado de largarme a mitad (o antes) de la película de no ser porque iba acompañado e invitado. No creo que ese onanismo visual que citas sea el problema. La mayor parte del cine de autor no deja de ser un narcisista ejercicio de onanismo. El problema es su falta de sutileza y la ignorancia. El director desconoce los mecanismo del terror y el suspense. Y algo así no se aprende en escuelas de cine pijas como la que habrá frecuentado el director de este engendro. Se aprende viendo cine. Viendo a Lang, per example.
Nueve, gracias por el esfuerzo, pero ni el dvd va a conseguir que la finiquite algún día.
Alex, hay regalos que pueden negarse. ¿ POr qué no viste 2 veces Ratatouille ?
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