San Carlos Borromeo, el estigma vallecano de la Conferencia Episcopal, no acepta a día de hoy el cierre de Rouco, Cañizares y compañía. Sostienen los disidentes que la fe no se sostiene por comulgar de una forma o de otra y que la liturgia consensuada es un rito que puede ser desarmado de sus símbolos y reescrito a la luz de estos nuevos tiempos. De lo que se trata, en este pulso mediático, es ver quién termina dando el brazo a torcer. Si los jerifaltes o la tropa pagana. Comprobar, en todo caso, si la fe se administra como un bien burocrático y estabulable en leyes inalterables o se aviene a un más liberal discurso. Escisión o anuencia. Ya se verá. El espectáculo, para quien no lo observa con la distancia del descreimiento, es jugoso. Y no hay morbo: hay debate, sana polémica.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Frenadol blues
Andaba enredado en una página seria, qué sabrá uno, en la que se contaba amenamente que unos científicos han descubierto que el tiempo pue...
-
Con suerte habré muerto cuando el formato digital reemplace al tradicional de forma absoluta. Si en otros asuntos la tecnología abre caminos...
-
Hace algunos años o algunos cursos (los maestros confundimos esas dos medidas del tiempo), escribí este cuento para los alumnos de sexto d...
-
Tinto Brass , en cierto modo, es un viejo verde con una cámara: uno del tipo que cambia los Anales de Tácito o las Obras Completas de Giaco...
No hay comentarios:
Publicar un comentario