Ser como James Stewart en las películas del Oeste, improvisar épicas en un saloon, andar como un héroe doméstico y sencillo, arrancar luego por pistolas y alfombrar de balas la tarde, pero la realidad impone luego sus cuarteles de zozobra y la vida desaloja la épica de las tardes de cine en casa, cuando los indios se arracimaban, hostiles, en nuestros sueños, y James Stewart era capaz de desfacer entuertos en Monument Valley.
13.7.07
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
La gris línea recta
Igual que hay únicamente paisajes de los que advertimos su belleza en una película o ciudades que nos hechizan cuando nos las cuentan otro...
-
A elegir, si hubiera que tomar uno, mi color sería el rojo, no habría manera de explicar por qué se descartó el azul o el negro o el r...
-
Con suerte habré muerto cuando el formato digital reemplace al tradicional de forma absoluta. Si en otros asuntos la tecnología abre caminos...
-
Celebrar la filosofía es festejar la propia vida y el gozo de cuestionarnos su existencia o gozo el de pensar los porqués que la sustenta...
1 comentario:
Ay, la vida, qué puñetera es. Estupenda, por otra parte, la foto ilustradora. Qué recuerdos de sesión de tarde de la ahora jodida Primera cadena de tve en casa de los padres. No volverán las oscuras golondrinas.... Jajajajajajajaja.
Estupendo, el blog.
Publicar un comentario