Descerebrada, adrenalítica, intoxicada de acción tremebunda, Shoot 'em up es (con diferencia) la mejor propuesta de cine de evasión posible. Escasa o nula de trama, se despoja de toda vocación de seriedad y arrambla, lujuriosamente, con todos los tópicos imaginables, los satiriza, los envuelve en una dinamitada coreografía de salvajadas, que no obstruyen la sensación de cómic irreverente, orquestado por una mente muy inteligente (Michael Davis) que ha logrado hermanar clichés del cine de acción- de asesinos a sueldo con alma, de malos que no mueren nunca, de situaciones rocambolescas que siempre terminan airosamente para el héroe - con un humor grueso, escandalosamente zafio en ocasiones.
Shoot 'em up es cartoon puro, aunque el modelo no sea gráfico. La construcción de los personajes es arquetípica, el guión es simbólico: lo único que garantiza el entretenimiento es un portentoso montaje y un excelente sentido del ritmo. Cada escena es consecuencia de la anterior y posibilita la siguiente. Los tiros son las líneas de texto, pero los actores son creíbles y gesticulan y se mueven como si se tomaran toda la broma en serio.
La crítica oficialista, la matrimoniada con la pureza y con un sentido clásico de las formas y de las intenciones, la ha hecho trizas. Tal vez no estemos ante ninguna película que marque un antes o un después en la frívola o sublime o palomitera historia del Cine, pero al menos hay una observancia rígida de un criterio a veces olvidado en quienes se dedican a hacer películas: el entretenimiento. Afuera de este rigor historicista, el espectador desprejuiciado tiene ante sus atónitos ojos un espectáculo grandioso, una opereta de pólvora y piruetas imposibles que ya quisiera para sí John McClane o algún inspirado Steven Seagal. Clive Owen no es ningún héroe de acción ni la película promete franquiciado que exprima su buen resultado en taquilla. Ahí quizá se deshaga el encanto de esta sorpresa y todo se regule por otros parámetros. Éstos aquí presentados reducen su campo de acción, nunca mejor dicho, al puro escapismo, al movimiento como esencia del arte de hila una imagen con otro en un montaje fílmico. Vapulear su altísima dosis de violencia es legítimo, incluso necesario, pero Davis no hace apología de la destrucción ni elogia el cainita motor del alma humana. Si Tarantino ha vindicado la plasticidad de la violencia, Davis - en esta asombrosa cinta - reivindica el componente lúdico, naïf. La diferencia entre ambos (esta idea me la ofreció mi mujer a pie de butaca) es que el primero no es irónico, y el segundo, al menos en este refrito soberbio, sí.
Carente de pausas, ametrellada a un final poético - dentro de la prosa rústica de su trama - Shoot 'em up puede ser considerada como una antología de escenas de acción, una especie de grandes éxitos. No hay material de relleno: todo se alumbra con el mismo ingenio, con idéntica vocación de chiste. Hasta el héroe vaciando el cargador de su pistola mientras copula - dicho sin brusquedades - con la moza Bellucci, que está cada día más carnal y hermosa - produce hilaridad, pero no hay ridículo alguno. Parece que hemos visto esa imagen toda la vida, en montones de películas.
Su dinamismo la excluye de análisis sesudos, quien quiera que haga esas cosas. Esta frívola bagatela consume poca neuronas del arriesgado espectador que se sienta en la butaca sabiendo que va a asistir a una imponente sesión de disparos sin apenas descanso. Su inverosímil desmesura precisa complicidad. Sólo eso. El resto es literatura. Como dijo un compañero de reseñas, "una película honesta consigo misma y con el público, cine de acción ejemplar, encuentra su equilibrio entre la vulgaridad y el ingenio para resultar entretenida sin caer en innecesarias espesuras" (J.A.P.)
2 comentarios:
Hola Señor De Mora:
Me encuentro con un hermosos catarro y mi momento tranquilo con leche,miel y un gelocatil se lo debo a su pagina.
Como siempre un placer leerle.
Póngaseme buena. Mi página no es terapeútica ni nada de eso, pero estupendo que le dé tranquilidad. Estupendo de verdad. Greetings from my small town down in the south.
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