15.1.09

Hesse escribió para mí...



Es Herman Hesse. Leí El lobo estepario hace los años suficientes como para que mi impresión sobre su escritura sea vaga y apenas me permita entablar una conversación de más de un par de minutos sobre ella. No he vuelto a Hesse desde la época universitaria. Hay autores que sepultamos. Hay tanto que leer y tan poco tiempo. Al ver estas fotos he tenido un súbito acceso de nostalgia. También de arrepentimiento. A Hesse podría añadir Thomas Mann. La montaña mágica me intimidó. Hay que leer ciertos libros a ciertas edades. Como la fe. Como el sexo. No se puede entrar en los oráculos y en los testimonios de los santos en tiernas infancias. Tampoco manejar libros imprudentes. Hablaba anoche con Pipo sobre la inconveniencia de que los alumnos del Instituto (depende de qué alumnos, depende de qué institutos, en fin...) lean Fortunata y Jacinta o En busca del tiempo perdido. Es una forma perfecta de matar lectores. Futuros lectores. La religión, la literatura o la música, entendidas como nobles ocupaciones del alma apetitiva, deben (en todo caso) ser entregadas al maleable alumno que las mira por primera vez en el momento preciso. No antes de que la vida haya escrito algunas páginas ineludibles. Al ver a Hesse, en estas fotos, me han dado una ganas enormes de regresar a su prosa. Tal vez más adelante no sea tampoco el momento adecuado. Quiza sea éste. Hoy. Esta noche. Borges lo decía a su manera: el libro es un objeto entre los objetos que espera siempre a su lector. Cada libro tiene un lector. Uno preciso y limitado. Hesse escribió para mí, y le he estado ignorando veinte años.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Usted, por ejemplo, escribe para mí...a tiempo he descubierto su prosa, y ahí ando...disfrutando.

Un saludo.

Anónimo dijo...

El Harry Haller de "El Lobo Estepario" es de todos. Y "La Montaña Mágica" de Mann. Menuda selección. A eso es lo que mi profe de Literatura llamaba "Jugar sobre seguro". Claro que él se refería a Fitzgerald y a Faulkner.

Lo de la pérdida de lectores es inevitable, Emilio. La sociedad cada día es más visual y tiende cada vez menos hacia las palabras. Y no creo que pase, pero tiene razón en lo que dices porque yo lo he vivído. Me obligaron a leer "La Iliada" con diez años y muchos de mis compañeros de estudios y lectura odiaron para siempre los libros desde entonces. Mejor leer a Verne o a Twain o a London. Todos ganaremos.

Emilio Calvo de Mora dijo...

Escribir, amigo Tomás, eso es lo que importa. Un amigo en esto de los blogs dice que se ha impuesto para 2.009 escribir al menos dos horas diarias, leer poesía... Ojalá pueda yo. Eso es lo único importante: estar dos horas con uno mismo. Escribiendo, al menos, yo, me busco: no me hallo siempre que quiero, pero ahí andamos.

Álex, estamos matando lectores desde los lugares desde donde deberíamos formarlos, inventarlos. El tal Pipo del que hablo en mi post es librero. De hecho, el editor del libro del astronauta. Es un hombre listo, viejo en el oficio y amante de lo que vende. Pierde lectores: clientes, visto de algún modo. No se puede meter (por obligación) a Benito Pérez Galdós, Don Benito, perdón, a un quinceañero. Es INADMISIBLE. Es un crimen que debería tener algún tipo de correctivo. Una merma en el sueldo de quien lo infrinja. Ahí duele. En la visa. Qué pena.

Isabel Huete dijo...

Es totalmente cierto lo que dices: cada edad tiene su literatura y obligar a leer a ciertos autores a según qué edades es un despropósito que no lleva más que al aborrecimiento hacia la lectura. Por mi experiencia cuando era estudiante y por lo que todavía sigo viendo en hijos de otros, da la impresión de que se quiere "incrustar" en la mente de los niños y adolescentes todo el saber literario en pocos años, como si no tuvieran por delante toda la vida para leerlos, y aún les faltarán miles de años para abarcarlo un poco.
Yo leí muchos libros a edades inapropiadas porque me los prohibían leer y bastaba eso para que yo me empeñara en leerlos, y ahora me encuentro releyendo un montón de obras que entonces no pude ni supe comprender en toda su extensión.
¡Con el poco tiempo que queda para la lectura después de hacer todas las cosas del día!
Hablas de Hesse y Mann y me doy cuenta de que los había olvidado...
Felices sueños y un besote.

Anónimo dijo...

Pues sí. Supongo que a los púberes hay que darles "Cien años de soledad" una y otra vez, no? Estoy seguro de que sí, aunque por supuesto hay otros.

Yo he recaído gravemente en Luces de Bohemia que la descubrí, ahora lo recuerdo, con 15 años. Yo no sabía ni qué era una taberna, ni la bohemía, ni una noche de Madrid helado, ni una curda, ni ... y me volvió loco hasta hoy. Claro que no es Fortunata... pero hay sorpresas...

Muy bien su anterior entrada, como siempre.

Recomendación inocente:

¿No crees que el formato de texto es un poco "agobienate"? Igual es que soy mal lector...

Escribes tanto que podrías tener, claramente varios libros, aunque lo uno, no quita, claro.

ARM

Emilio Calvo de Mora dijo...

Atentados intelectuales satinados de expediente académico. No se puede exigir que un alumno haga lo que contraviene su natural manera de entender la vida. Hay literatura para cada edad. Juegos para cada edad. Divertimentos. La palabra incrustar está bien usada: se quiere eso, incrustar cierto tipo de conocimiento, aunque sea improcedente. Pasa igual, exactamente igual, con la religión. No se puede entender la religión con el bagaje moral y lúdico y vital que tiene un niño. Claro que a una edad adulta igual el sujeto receptor de la experiencia religiosa la rechaza. Eso pasa.

Cien años de soledad en el Instituto. Pues bien. Luces de Bohemia es recaíble: una de las mejores (no, la mejor) escrita en castellano, a mi corto entender.
La recomendación inocente no la acabo de pillar: agobia el texto? la forma de publicarlo ? Me encantaría que me lo aclarases...
Saludos, arm

Anónimo dijo...

Entiendo lo que quiere decir los criticones sobre el formato de texto. Pudiera ser el tipo de caracteres que usas, la tipografía, vaya. Tal vez algo abigarrada, no sé.

Yo me olvido de eso cuando lo que leo me está cautivando (o sea, casi siempre por aquí).

Un saludo!

Por cierto, don Emilio, lo que han hecho Kate Winslet y el ya adulto -pleno, sin asomo de niñerío- Leo DiCaprio es soberbio y bastante revelador de lo que muchas parejas viven. Se llama REVOLUTIONARY ROAD, y espero que la disfrutes cuanto antes para saber tu valoración. Mis lágrimas, que suelen quedar a buen recaudo por que soy más duro que una piedra, decidieron salir y caer en picado en una de las escenas cumbre de la peli. No te digo más.

Anónimo dijo...

Es un comentario absolutamente vanal y fútil respecto al formato del blog, pero sí creo que se leen mejor unos formatos que otros y uno blogs que otros. Los colores claros ayudan. El contraste de las columnas negras al lado de su texto no ayuda. Pero sobre todo el espaciado, los espacios por los lados, arriba y abajo, y entre párrafos ayudan. La sensación de constricción o abigarramiento entorpece la lectura o hace menos atractivo el ataque.

Pero yo no sé nada de esto, y menos de cambiarlo. Y son cosas de mal lector claro.

Un saludo

(En mi blog yo también digo que Luces... es la mejor obra de teatro en castellano, pero no puedo demostrarlo...)

ARM

Emilio Calvo de Mora dijo...

Durante un tiempo me preocupé mucho del aspecto de la página. Cambiaba continuamente de plantilla y buscaba con frenesí adornos, texturas, maneras de hacerla agradable a la vista. Harto, decidí olvidarme de todo y dedicarme únicamente a escribir. Luego, harto de letra, regresé a lo que el ojo registra. Y ya por fin, hará un año, dejé la página como está. No la toco. No sé ni hacerlo. He olvidado lo que aprendí. Y está como está. Y no sois (Tomás, ARM) los primeros que me dicen que algo haga y la reelabore... En fin...

Anónimo dijo...

LOS ENVOLTORIOS NO IMPORTAN, AUNQUE LOS MIREMOS MUCHO. Y AQUI HAY TELA QUE CORTAR, TELA BUENA... EL ESPEJO DE LOS SUEÑOS ES UN REFRENTE...

La gris línea recta

  Igual que hay únicamente paisajes de los que advertimos su belleza en una película o ciudades que nos hechizan cuando nos las cuentan otro...