14.7.25

Los justos / Borges, VI


 Todo acaba por ensamblar, cada pequeña pieza, los pecios de un naufragio universal convocan la unánime contemplación de todos los dioses del azul majestuoso en la alta bóveda del cielo. El jardín, la música, las etimologías, el ajedrez, los colores y las formas, las tipografías, los tercetos en un canto, el animal que duerme, el mal cuando se entiende, Stevenson, la razón ajena... Cualquier manifestación de la sangre del mundo pulsa la piel del aire y lo estremece. Cualquier hombre que cuida un jardín es Voltaire. Quien escucha música la ejecuta en su corazón. Las palabras tutelan el peso del mundo. Yo agradezco que en la tierra haya Coltrane y Machado. Que quepa en un verso la infinita concatenación de causas y azares que trazan el mapa de la esperanza. 

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