Vivimos en el Far West.
No lo duden ni un momento.
Gobierna el sheriff,
se frota las manos el predicador,
hace caja el tabernero
y entran a caballo, asalvajados,
los fuera de la ley.
Añadan pistoleros a sueldo,
putas, borrachos y un juez
impostor y ávaro.
Que nos dirija John Ford, por lo menos.

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