20.5.25

Buster Keaton, rey de Las Vegas, 1996



 

Hubo un tiempo en que escribía poemas y ponía fechas en el cuaderno en el que los dejaba pensarse. Me gustaba consignar esa datación. Tengo varios. Verano 2004. Enero-Junio 2006. Julio-septiembre 2018. Los hay con títulos en la página que los abre. Ritos de agua. Primera versión de la luz. Praga. Perpetuum mobile. Hay poemarios encuadernados en tomos de pasta dura. Son 5, los he contado. El más voluminoso se llama "Buster Keaton, rey de Las Vegas". Lo componen 214 poemas. Anoche les eché un vistazo. Leí muchos. Algunos me parecieron recientes. Como si mi modo de escribir no hubiese cambiado desde entonces o como si el poeta de 1996 hubiese pedido comparecer y decidiera dejar la presencia de unos poemas. He cogido una página al azar. Yo creo que todos los poemas están escritos al azar. Incluso los actuales tienen esa suerte de prestidigitación poética en la que no hay nada por aquí, no hay nada por allá y de pronto contemplamos un destello, algo de luz en donde lo que solo se enseñoreaba la sombra. Ni la sombra siquiera. La nada. Todo lo que escribimos los poetas surge de la nada. Se impone a la realidad. Ocupa un lugar que antes no existía. Solo por eso podríamos decir que no hay poema malo. El peor de todos, el que no suscite emoción alguna, el que traiga la unánime admonición de los más envalentonados lectores, tendrá el privilegio de haber sido impuesto a la realidad y permanecido allí. Por eso me ha gustado dar con todos esos restos de mi ocupación de escribir.

1 comentario:

JLO dijo...

Que grande Buster Keaton. Un amor eterno hacia todo lo que tenga que ver con él.

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