27.5.25

Andar, escribir, ser, estar

 



A la alumna que tengo en Atención Educativa le sorprendió que en la biblioteca donde hablamos sobre la dignidad, la felicidad o el sacrificio durante una sesión de hora y media a la semana hubiera novelas. Las novelas son para viejos, dijo. Tú has escrito una, añadió. Me lo han dicho en el patio. Luego preguntó cómo la había hecho. Son muchas páginas, profe. Pasa con las novelas como con los paseos, respondí. Al caminar hacemos que un pie se mueva, luego le sigue el otro y, sin que te des cuenta, avanzas. Las novelas son cosas de los pies, resuelve con una sonrisa. Antes de acabar la clase, intrigada, tal vez todavía insatisfecha, vuelve sobre lo hablado. Que si leer novelas es de viejos. Que si ella anda mucho y no se le ocurre escribir una novela. Primero tengo que leerme una, por ver si me gusta, confiesa. No me decido a recomendarle ninguna. Temo que la elección equivocada malogre una vida de grandes paseos. La conversación se va adelgazando. No muestra el interés primero. Cuando deja la biblioteca, en la puerta, despidiéndose, me dice que sigue sin entender a los adultos, ha preferido no decir viejos. Es mejor pasear que escribir novelas. Me ha parecido que iba diciendo eso pasillo abajo. 

Al cerrar la sala de la biblioteca, pensé en Robert Walser. A sus pies, en las caminatas, murmuraban los ríos. Sostenía que esos objetos pequeños que amenizaban el camino (unas piedras, unas hojas desobedientes al árbol que las tuteló, la nieve pura) le regalaban palabras. Las pulía “con celo y diligencia”. Yo estoy hoy conmovedoramente cansado, pero tuve mi paseo, aunque no viera piedras ni nieve y no hubiera río que murmurase. La misma vida tiene esa traza de paseo o de novela, quizá sean la misma azarosa cosa. Ayer pensé también en si determinarme a andar seriamente o acometer una nueva novela con idéntico empeño. No hubo resolución en esa diatriba. No fuerzo, no hago nada que no surja a su voladizo capricho. Convendría regresar a los paseos largos que dábamos. Quizá en ellos (con todos esos objetos pequeños y grandes, con la opulencia del paisaje o la presencia del camino) dé con alguna respuesta válida. 

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