4.10.20

Pisar las calles nuevamente

 



                                                                Plaza de La Corredera, Córdoba

En el tumultuoso girar de las cosas, entre hacinarse o confinarse, prefiero la cercanía de los míos, el andar entre iguales, aunque no los conozca. Los pueblos crecen cuando concilian las calles con los deseos y las recorren con los mismos propósitos, da igual que no coincidan siempre. Siempre amé la muchedumbre. La misma religión es una floración extraída de ese germinar de personas. Compartir unas creencias, sentir familiares idénticas emociones, parecernos y sentirnos unidos, a pesar de no que no mediemos palabra con el viandante casual y ajeno. Sigo pensando que nos unen más cosas de las que nos separan, de ahí probablemente que no nos hayamos ido a la mierda todavía, aunque a veces todos los indicios apunten a esa escatológica dirección. Contribuyen estos tiempos de cápsulas y de burbujas, de unidades de convivencia y de enemigos invisibles a los que no hemos sabido aún derrotar y prosiguen en su loco afán de diezmarnos y dar al traste con cuanto alguna vez levantamos. Volveremos a pisar las calles nuevamente, cantó el poeta. No hay duda en eso. No basta con ocupar las aceras, no es únicamente recuperar el territorio sobrevenidamente abandonado: son los abrazos, es el roce, la comisión del amor haciendo y deshaciendo historias, las personales, las que nos hacen mejores. Desembozarnos, más que explicitar un cese de la pandemia, será un reingreso en la ternura. Seremos mejores, quién sabe, igual cala este destrozo que dura ya demasiado. Si rehuimos el trato, tendremos que darnos un tiempo para volver a ser lo que fuimos, que no suene eso a letra de ningún himno, por favor, pero habría que ponerle música y darle letra a la vida por venir, porque la de ahora no alcanza ni de lejos a la que nos conminaron a dejar. 

1 comentario:

eli mendez dijo...

Me agrado este texto esperanzador que nos regala hoy! coincido en lo que expresa y en la importancia esta de sentir que hay mas cuestiones por reivindicar que nos acercan que insistir en las que nos alejan. Y sobre todo en eso de coincidir con los afectos y buscar las formas que lleven a compartir no solo con quienes están cerca , sino de ir derribando muros y ampliando nuestras fronteras desde la amistad y la empatía. Saludos y muy buena semana!

Del desorden y la herida / Una novela de nuestro tiempo

  1 A la literatura hay que ponerle obstáculos, zancadillas sintácticas y morales , traiciones semánticas y anímicas. La literatura merece e...