11.5.20

Pusilánimes

Se tiene del pusilánime la idea de que flaqueará cuando le urjan las fatalidades, pero también caerá en el desánimo cuando ondee la buena ventura y todo le favorezca. El pusilánime es consecuente. Su oficio está por encima de la mudanza de las cosas. Los hay que se esmeran tanto que brillan de un modo admirable. Se les ve venir, no alientan doblez, ni escatiman la debilidad prevista. Se dejan transcurrir igual que las nubes ocupan el cielo y se sabe a qué atenerse con ellas. Están mal considerados los pusilánimes, no se les adscribe con entusiasmo a ninguna reunión: por si la malogran al contagiar su decaído carácter. Los cercanos, íntimos en el trato, se cuida uno de que no cambien, no se les exige esa permuta en el ánimo. Las veces en que se envalentonan y muestran un lado magnánimo (antónimo útil) se percibe el forzamiento, cierta inestabilidad emocional,compostura nada o poco recomendable. Uno será pusilánime en ocasiones, no está nadie salvado, cualquiera incurre en esa fractura del espíritu. Días entonces extraños . Se iza el tono a poco que se intente. No somos iguales a tiempo completo. Alegres sin interrupción, tristes continuamente. Pero entra en lo razonable que haya quien contradiga esa máxima consensuada. Yo mismo estoy hoy pasando un bache, un revés, un agujero, un no sé qué me pasa, que ni me entiendo. Nada que dure, nada de lo que preocuparse.

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