20.8.24
Historietas de Sócrates y Mochuelo / El pie quebrado
A los que escribimos no siempre se nos da bien dar con algo de lo que escribir. No siempre irrumpen las palabras, no comparecen a voluntad de quien las conmina a que hagan lo que acostumbran y unas escuchen a otras y se vaya haciendo camino conforme se dan los pasos. El problema es que no haya manera de que el pie se mueva. Yo mismo estoy desangelado, hoy las musas andan a lo suyo, no ni me han mirado siquiera. Cuando eso sucede, se recurre a escribir sobre la inapetencia de escribir o sobre el hecho primordial de la construcción de la escritura. Escribir sobre escribir. Dar por válida esa pirueta poco circense y no dejar que el pie se haga a estar quieto y se guste. Hoy Mochuelo es más humano que nunca. Merece que no se le importune.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
La Bacall cumple 100 años
Tal vez nunca debamos saber qué hay detrás de la pantalla. La ficción debe bastar. La historia es la que cuentan los fotogramas, aunque en...
-
A elegir, si hubiera que tomar uno, mi color sería el rojo, no habría manera de explicar por qué se descartó el azul o el negro o el r...
-
Almodóvar c arece de pudor. Hitchcock tampoco era amigo de la contención. Cronemberg ignora la mesura y se arriesga continuamen...
-
E n ocasiones, cuando se ponía sentimental, mi padre me concedía una parte suya que no era la acostumbrada. Abría el corazón, mostrab...
No hay comentarios:
Publicar un comentario