Por mero ejercicio inútil tañe el agua, cincela un soneto en el tumulto de la sangre, convoca el numen de los cuerpos celestes. Crees no dar con qué talar el aire cuando todo es bosque y la mano escudriña la sangre por si no prospera en su cauce, pero un heraldo de luz comparece. Así la poesía traza en lo invisible su tangible dibujo de esperanza.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
La nieve en Lucena
No atino a encontrar razones, quizá la falta de tiempo o que no haya tenido quien me inicie, una mano precursora, un espíritu generoso, los ...
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgRK54sy2Zhe40NBOURLfNPsUnisNXWrxm4xms54UmdRpS-_0_n9h4RDSz0BD2tR2EAy2Nweg7xM1zz6nf5ULJPW8esmJQRRb6GH7_JWHPSl91ZMHuxsp3mUVqEuctCcTzDtDJC6iGaFx-_6mqHrAL23kMvaDhGxDXSnImBn9z0aRzgqSlHW_-6/w478-h640/IMG_1987.jpeg)
-
A elegir, si hubiera que tomar uno, mi color sería el rojo, no habría manera de explicar por qué se descartó el azul o el negro o el r...
-
Almodóvar c arece de pudor. Hitchcock tampoco era amigo de la contención. Cronemberg ignora la mesura y se arriesga continuamen...
-
E n ocasiones, cuando se ponía sentimental, mi padre me concedía una parte suya que no era la acostumbrada. Abría el corazón, mostrab...
No hay comentarios:
Publicar un comentario