Consternarse es sentirse humano. Hay quien no se consterna nunca, no consiente la fragilidad, todo lo que de la pena ajena nos concierne. Afligido, el corazón se sublima, da de sí lo que en la alharaca de la felicidad no alcanza. Tiene el dolor esa virtud, la de crecerse en el abatimiento, la de erguirse cuando se abate o se fractura. Toda esa pesadumbre a la que no se le ajusta casi nunca un lugar conviene a veces. Hoy mismo me ha perturbado el vuelo imposible de un pájaro pequeñito en la misma puerta de casa, apenas una criatura echada a la realidad, casi nacida horas antes de que mi atención la fijara y me produjera cierta tristeza. Tardé poco en hacer que se desvaneciera, quizá lo hice adrede, no deseé que la imagen me acompañara. Tal vez lo que de verdad me dolía era no saber si yo mismo estaré en alguna tentativa de vuelo que no se me ha concedido. Si alguien me mirara con la misma ternura y se consternará al verme desvalido.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Tristeza magenta uno once
tristeza magenta uno once esta caligrafía rota sin bruma ni mordisco se hace polvo de estrellas, se hace escritura, brújula para túnel o fá...

-
Con suerte habré muerto cuando el formato digital reemplace al tradicional de forma absoluta. Si en otros asuntos la tecnología abre caminos...
-
Tinto Brass , en cierto modo, es un viejo verde con una cámara: uno del tipo que cambia los Anales de Tácito o las Obras Completas de Giaco...
-
Hay cosas que están lejos y a las que uno renuncia. Tengo amigos que veré muy pocas veces o ninguna. Tengo paisajes en la memoria que no v...
No hay comentarios:
Publicar un comentario