John Ford tenía Monument Valley en la cabeza.
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Un aforismo antes del almuerzo
Leve tumulto el de la sangre, aunque dure una vida entera su tráfago invisible.
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Almodóvar c arece de pudor. Hitchcock tampoco era amigo de la contención. Cronemberg ignora la mesura y se arriesga continuamen...
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E n ocasiones, cuando se ponía sentimental, mi padre me concedía una parte suya que no era la acostumbrada. Abría el corazón, mostrab...
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A elegir, si hubiera que tomar uno, mi color sería el rojo, no habría manera de explicar por qué se descartó el azul o el negro o el r...
4 comentarios:
Al maestro le gustaba aquel lugar. Sentía algo especial al rodar allí. Además, podía paser por la noche en aquel lugar calificado como mágico por los que lo han podido ver.
En mi cabeza solo hay migrañas, Emilio. Me largo a la cama.
Ya sabes, Audrey (v.g.) sirve como bálsamo contra las migrañas. Búsquese paliativos elegantes. Los hay y sabe encontrarlos. Cuídese.
No necesitaba nada más que ese desierto como decorado sin límite de sus historias...
Saludos!
La misma historia del cine, Ethan. Tu la llevas en tu página muy a la vista.,
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