29.4.09

Depeche Mode: Songs of the universe


I
Depeche Mode, en adelante DM, han caído en el abismo: lo bordearon durante años, lo analizaron con metódico empeño desde arriba, como calculando el dibujo de la caída y la visión del impacto, lo engalanaron con pasajes épicos y le forjaron himnos en los que configuraban, a su modo, de vuelta de casi todo tras tres décadas de trayecto, el canon de la electrónica comercial, el referente absoluto para cualquier geniecillo del siglo XXI, iluminado y erudito, que quiere saber quién llevó los mandos del pop con botones en esos últimos treinta años. Y al final, digo bien, DM se lanzaron; acometieron la filigrana del salto y cometieron un hermoso suicidio. Un suicidio, cuando es pop, es siempre un suicidio de ida y vuelta por lo que lo muerto termina por dar una bocanada de aire y regresar a los vivos.
II
Songs of the universe es el resultado de la adicción a las giras o es el resultado de la quiebra financiera o es el combinado lisérgico de todas esas volutas de pasión mezcladas (pomposamente) con el oíble runrún de la caja registradora, que exige su peaje y pide a los mercenarios que la adoran un punto de desvergüenza, una relajación a nivel artístico y, a veces, una rendición a nivel de esfínter. DM no han vendido su alma al dios de los paraísos fiscales y tampoco han renunciado a lo que hizo de ellos el mejor grupo en su género, pero han sucumbido a la rutina, que es un pecado mayor, y han facturado un disco sin excesivo talento, que fascina, aburre y hasta desespera según el tramo que oigamos. El tratamiento seco, el trazo sucio y la tonada excesivamente industrial, me refiero al martillo sónico, empalagoso y terco al que habían recurrido en los últimos discos está presente en Songs of the universe; en todo caso, lo han endulzado, han regresado a los primeros ochenta (esa preciosidad llamada Peace) y ahora se dedican (porque ellos pueden) a practicar onanismo de salón, a practicar la autobiografía y vender un grandes éxitos con canciones nuevas. No han en el disco un solo tema, en cambio, que sobresalga mayúsculamente. No hay ningún Enjoy the silence, por ejemplo. Nada conmueve, nada aturde, nada nos deja en esa belleza insustancial de fragmentos épicos a la que con tanta facilidad acudían (benditos ellos) en el glorioso pasado. Loops, samplers, ecos, sintetizadores analógicos, material vintage remozado y al servicio de la particular cosmogonia de la banda, pero sin el glamour, abandonada, golosina para oyentes nuevos que descubrirán un disco portentoso, pero rescoldo para el gourmet, triste evidencia del paso inconmovible del tiempo. Se quedarán (me quedaré) con Wrong (fabuloso single, extrañamente) o con Little soul (con su pequeña orquesta funcionando como una banda sonora fílmica) o con la ya citada Peace. La perla, que dura minuto y pico, se llama Spacewalker y es un indisimulado homenaje a Jean Michel Jarre.

5 comentarios:

Ana dijo...

Me parece a mí que los buenos tiempos de Depeche Mode ya pasaron, que deberían retirarse ahora que tenemos un buen recuerdo de ellos. De todas maneras, no he oido este disco nuevo, y entonces podré opinar mejor. La primera épòca me encanta.

Emilio Calvo de Mora dijo...

No sé si pasaron. Han hecho discos enormes, canciones enormes, himnos. Hoy escuchaba Never let me down again, en coche, y pensaba que era una sinfonía, un roto en las costuras del pop, un tremebundo canto a la libertad. Me gustan mucho. Van a seguir, espero, haciendo discos buenos, Ana. Besos.

Anónimo dijo...

Secundo todo lo dicho arriba. Aunque mientras escuchaba el nuevo disco me preguntaba si los que somos forofos de DM no les estaremos poniendo el listón demasiado alto. Quiero decir: siempre dando por supuesto que lo siguiente que van a producir serà aún mejor que lo anterior y nos sorprendera. Si nunca hubiese escuchado a DM seguro que hubiese creido que este disco es excelente. Pero sabiendo quienes son me parece mediocre. Y es que somos puñeteros, que le vamos a hacer.

Anónimo dijo...

Totalmente equivocado junto con Ana, todo, absolutamente todo lo que hagan es formidable,
sin cuestionarlo.

Siempre he querido tener esa facultad para escribir
como lo haces.

Saludos.

Emilio Calvo de Mora dijo...

Querido escribiente anónimo, lo veo claro, eres fan convulso de Dm y entonces lees con apasionamiento. Gracias por entrar. Date a conocer otra vez, por favor

La gris línea recta

  Igual que hay únicamente paisajes de los que advertimos su belleza en una película o ciudades que nos hechizan cuando nos las cuentan otro...