10.12.07

Abierto hasta el amanecer: De vampiros y bourbon...




Apoteosis cafre del cine gore en su tramo último, cínica y hasta pasablemente adulta en su arranque, Abierto hasta el amanecer es un ineficaz thriller de orientación vampírica que ofrece testosterona a raudales y manifiesta su convicción de cine pulp en la orgía visual de su coda sangrienta: La Teta Enroscada, un garito en mitad del desierto fronterizo en donde los monstruos tocan tex-mex, beben como cosacos y fagocitan el alma de camioneros y moteros a base de colmillo feroz y dentellada mórbida. Es ahí en donde el film pierde todo el fuelle que ganó en su inicio. Aquí Tarantino garabatea su apocalíptica visión de la realidad, trufada de cómics y serie B y Z, homenaje al giallo y a sus cineastas de cabecera - desde Peckinpah a Scorsese, pasando por Samuel Fuller o Sergio Leone -, aunque legue el aspecto técnico a Robert Rodríguez, cómplice iconográfico absoluto (hermandad continuada en la reciente dupla Death Proof- Planet Terror).
Abierto hasta el amanecer puede llegar a aburrir: se trata de comulgar con el despiece, de dejarse contaminar por la tropelía de miembros amputados y vísceras untadas de bourbon. En lo demás, en su versión light, en el formidable arranque, la cinta es una hipnótica road-movie de personajes soberbiamente pincelados (el pastor descreído, la hija fascinada por el mal, la violencia de los hermanos Gecko, Tarantino y George Clooney en estado de gracia). Se acaba la diversión (al menos para este reseñista digital) cuando acuden al antro donde la cuadrilla de vampiros empinan el codo y degüellan almas inocentes caídas en desgracia. Tal vez sea ésta la parte que entusiasme a los forofos tarantianos, entre los que me tengo, pero lo que en otras ocasiones es sana desparrame y autoparódico gag, aquí no lo es. Sobresale, cómo no, el diálogo: Tarantino es un guionista formidable, aunque - como sabemos - no ha dejado de escribir el mismo libreto desde que hocicó en el star-system con su rupturista e hipnótica Reservoir dogs (1992).
Salma Hayek enseña carne lúbrica en un lascivo baile de blues fronterizo que ha creado escuela, serpiente a modo de bufanda incluída.

4 comentarios:

Tito Chinchan dijo...

Buenas,

la peli esta de abierto hasta el amanecer es muy cierto que parece estar dividida en dos partes, una inicial muy interesante y un despitote desde que salen los vampiros. A mí personalmente me gustó mucho, incluido el despitote, que es ese tipo de cine gamberro y/o canalla que de vez en cuando divierte.

Una cosa que a mí me acojonó muchísimo. En la escena final, cuando se abre el plano (si no la has visto, ¿que coña sigues leyendo?) y se ve de lejos la teta enroscada, esa visión de cientos de camiones tirados por el acantilado como si de un cementerio se tratase me resulto escalofriante. Muy conseguida, si señor.

Besitos.

Emilio Calvo de Mora dijo...

Cierto, un templo maya vampírico, mi querido amigo. La escena, de hecho, es lo que recuerdo primero cuando pienso en la peli. Bueno, no, primero pienso en Salma y el bailecito. jajaja.

nonasushi dijo...

Señor Emilio:
Que aunque no comente, que sepa que leo su blog diariamente o casi.
Hoy me ha tocado la vena. Estaba en el cien y fue un flechazo. Me enamore. Le vi, con sus tatuajes, sus canas y su mirada angelical mientras disparaba y los supe:DIOS QUE BUENO QUE ESTA ESTE HOMBRE POR DIOS.
A parte, la peli me encanto y me lo pase pipa.
Saludos

Emilio Calvo de Mora dijo...

No entro en considerar la corrección facial del amigo Clooney, por lo menos hoy, pero sí en agradecerle que lea mi blog con esa formidable frecuencia. Para eso escribo, para ti, para cuatro o cinco amigos más. Gracias.

Un aforismo antes del almuerzo

 Leve tumulto el de la sangre, aunque dure una vida entera su tráfago invisible.