6.7.23

Elogio de mil dioses

 

De creer en algo, en caso de que algo sobrenatural me turbara, creería en cien dioses en lugar de en uno. La gente que ha creído en cien dioses no se ha preocupado de los dioses en que creen los demás. Ni siquiera la posibilidad de que alguien que no creyese en ninguno de ellos. El politeísmo da más juego teológico que el monoteísmo. Trenzo un pequeño divertimento privado cuando alguno puja con más ahínco y me ocupa la atención y el ánimo. La ventaja de esos dioses complementarios es que tienes con ellos un trato más cercano. Habría uno para cada roto o para cada arreglo. Si uno no fulge con el destello anhelado, se elige otro. Habrá quien con un Dios único pueda manejarse y hasta se colija que la cantidad que otros manejen le parezca frívola y de poco peso, a pesar de la multitud convocada al casting. Del Dios único se tiene la impresión de que pueda perderse entre tanta solicitud y no termine por centrarse o que nuestros deseos no alienten su inventario fiable de afectos o de milagros. Un dios imperfecto, nada o casi nada atento a la demanda que su influjo depara, sería idóneo, si uno pudiera concederle esa exclusividad. 

Los pueblos del ancho orbe empezaron con dioses que se declaraban especialistas en las cosechas, en la fertilidad o en la lluvia. Los romanos colonizaron medio mundo sin vender la moto de la divinidad. Llegaban, dejaban el latín, imponían un cónsul y se iban a poner sello en otro confín, pero no perdían el tiempo en imponer la religión que practicaban en Roma. Siempre ocurrió que lo etéreo, lo que no tiene asiento en lo real, hace que flaquee lo visible, todo lo que puede ser cuantificado, resuelto en hechos, manifestado en evidencias tangibles, en el cartesiano balance del alma. La misma literatura es una especie de ejercicio malabar entre lo etéreo y lo real también. Uno lee y se alcanza cierto rango de espiritualidad, entra en un lugar que no existe, se borra de la realidad (tan cabrona a veces) y se refugia en la ficción. La literatura va a resultar ser la religión más fiable del mundo. Tiene cien dioses. Mil. Todos están en ella. Todos escuchan. 

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