28.2.15

Si no es la razón, si no lo es de verdad, tendrá que ser la poesía

Es difícil saber a quién le asiste la razón o si le asiste a tiempo completo y no hay materia a la que no le aplique la intendencia más alta y sobre la que no se permita vacilación o zozobra. He conocido yo gente muy preparada, gente de resoluciones expeditivas, gente que no se vienen abajo en la adversidad y a todo saben encontrarle una vía o un acceso limpio. Tienen la madera de la que uno carece y se prestigian más si no la airean, si no caen en presumir de ella y en hacer que a todo acuda y a todo le dé su pequeña o grande versión de los hechos. Son gente que admiro sinceramente. No porque sepa que no tengo los recursos que manejan -aunque alguno tendré y útil en labores que ellos ni alcanzan - sino porque entiendo que el mundo depende en parte de que existan y de que se involucren en las cosas y las gobiernen y no escatimen nada para que ese gobierno luzca, sea útil,  No creo que se tenga razón a tiempo completo, como decía, algo debe salirse del tablero en la administración de un asunto tan enorme como un país, algo que afecte a un bloque de vecinos o a un pueblo entero. Lo que a unos resulta ventajoso es a ojos de otro un dislate, un metedura de pata descomunal o una tragedia. En lo privado, en el ámbito estrictamente personal, aplicamos la misma voluble ley: lo que a mis ojos es un proceder recto es en ojos ajenos un error o un delito o un pecado. Quizá la razón sea la que no sirva, digo el medir con ella, el pasar por su criterio las obras y los gestos, las palabras y las acciones. Pero si no es la razón, ¿qué? A K. le incomoda que todo se impregne de ella o deba impregnarse: prefiere la poesía que es el hacer, en su deriva etimológica, en su griego nativo. Hacer poesía, decir justamente lo que no se espera decir, obrar sin que se vea venir lo obrado, hacer que el camino más hermoso entre dos puntos no sea jamás la línea recta. Claro, que no podemos permitir un mundo en el que solo habiten poetas. Sería un modo insoportable. Tanta lírica debe malograrlo todo. He conocido gente con un sentido poético altísimo, sensibles hasta el desmayo, a los que se les ha puesto muy cuesta arriba sobrellevar las cosas mundanas, los trabajos domésticos, todo ese trasegar con la rutina que consiste en hacer la cama, fregar unos platos y llevar al día las cuentas de la casa. Asuntos etéreos, ésos son los más míos, me confesó un poeta, K. Me lo dijo como si estuviese liberado de esas diligencias laborales y otros, menos líricos, se encargasen de hacerlas por él, manumitido por alguna extraña conjunción estelar, cáscara de huevo aristocrático casi. Los poetas somos gente extraña, sin duda. Me he metido por alguna poesía de la que me haya sentido particularmente orgulloso. Al menos justo después de escribirla. No sé si se puede ser poeta a tiempo completo. Tal vez sí y el mundo gire por esa dedicación absoluta. Si Dios existiera debería separar a los poetas del resto de los mortales, se les debería conceder el paraíso y la salvación y la revelación de los secretos que siempre persiguieron. Si no es la razón, si no lo es de verdad, tendrá que ser la poesía. Ojalá sea ella. Es difícil saber nada. Igual no sabemos nada y todo son aproximaciones, incursiones muy cortas en un asunto que nos viene muy grande. 

3 comentarios:

Adolfo Morales dijo...

Todos somos afortunadamente diferentes y en esa diferencia radica la belleza y la inteligencia que el mundo necesita para que no sea un lugar peor que es. No creo que K. tenga que escoger, o tú. Yo creo que la poesía no es la solución, pero está cerca. Un mundo de poetas dices. Qué horror, qué empalago. La poesía es un arma de doble filo. O mata o hace nacer. O las dos cosas. El poeta es un ser desgraciadito. Lo decía un profesor de Literatura que tuve en la facultad. Bendita desgracia, puede ser, puede ser.

Joselu dijo...

No sé, la poesía es algo con lo que no me he atrevido públicamente. Soy terriblemente prosaico. No tengo imaginación poética pero algo de esa abstracción del artista sí que tengo. Sobrellevo la rutina diaria, la burocracia del instituto, soslayándola con habilidad, las reuniones de la comunidad del parking y de vecinos, los problemas del día a día... Nada de eso me logra conmover, ni las elecciones sindicales en las que no participé... Voy atento a mi música interior, enamorado de mi universo íntimo que si pudiera transcribirlo de alguna forma que no fuera torpe y errática, sería un portento. Afortunadamente existen seres que viven en la realidad real (la de la intendencia cotidiana, la burocracia -hay hasta quien es jefe de estudios, jejejeje- las reuniones de comunidad, quienes participan en los sindicatos y se saben las normativas y demás... Sin ellos no podríamos vivir. En cuanto a la poesía ... solo logro que me interese la que no se recrea en su juego hermético y busca hacer viva la realidad cotidiana, la de la evanescencia del tiempo, el dolor de los huesos, el color del amanecer... Puede haber artistas que tienen todo para serlo menos la habilidad para algo concreto en que expresarlo. Un pequeño drama según se mire. O no, mira tú. Que nos quiten lo bailao.

Emilio Calvo de Mora dijo...

Afortunadamente, tú lo has dicho, Adolfo.
No escoger es también una forma de hacerlo. Un mundo de poetas sería horroroso, es cierto también. Sería empalagoso, pero este que vivimos, sin poetas, sin unos cuantos en puestos de responsabilidad, es bueno? Es cosa de probar, no crees?

Yo nací en las letras con la poesía y luego me vino la prosa, o no se fue la poesía, no sé. Hay veces en que el formato no importa. Sale el formato dependiendo de lo que se desee contar, Joselu. Para contar el orden del día en una reunión de vecinos hay un formato, lo sé. Para ser jefe de estudios de un centro educativo ( yo soy el del mío) también hay un procedimiento y hay que hacer las cosas con un cierto protocolo, y la poesía entra, a su manera, en cómo se cuentan las cosas, en el cómo se dicen. No debe faltar, no. La poesía es en ocasiones ombliguista, se mira en ella, se recrea en lo que los entendidos conocen. Sé que es muy difícil el papel de poeta. Yo creo que más difícil que el cuentista o el que novela. A su manera, lo es... Gracias por venir.

Un aforismo antes del almuerzo

 Leve tumulto el de la sangre, aunque dure una vida entera su tráfago invisible.