9.11.08

Obama, oh yeah (y II)




La plana mayor de las letras universales se acuartela en la fotogenia de Obama para cubrir el acontecimiento político de este todavía balbuceante siglo XXI. El otro día hasta un comentarista futbolero se marcó una de opinión al airear su alegría por el triunfo del demócrata mestizo. Cuentan del tal Obama maravillas que yo no alcanzo a razonar porque no me manejo con soltura en la alta política, pero advierto (en mi sencilla capacidad de observador) que el próximo presidente de los Estados Unidos ha ganado ya algunas batallas antes de entrar en el Despacho Oval. La primera es la del entusiasmo. Siempre me fascinó el ciego vértigo de la masa que jalea las soflamas de los líderes. Aquí, en Génova o en Ferraz o en los mítines en pabellones polideportivos, se ofrece el mismo espectáculo. Yo nunca me he mezclado con estos gentíos, aunque me imagino que el colocón debe ser parecido al que he sentido en conciertos de rock cuando me he arrimado a pie de escenario y he brincado y cantado hasta que el pulmón izquierdo (y los ojos y el hígado y todos las neuronas juntas, en comandita) me ha dado un pitido y he tenido que domesticar ese entusiasmo.
Maniobrar con estos arrebatos de júbilo colectivo que obstruye el normal juicio de las cosas parece difícil. Todo lo que no despertaron otros líderes norteamericanos lo posee (con creces) éste. Le hacen sitio en el mapa de los conflictos para que saque de la manga algún truco inédito y consiga lo que otros (bendecidos por las buenas intenciones) no pudieron, pero ahora que se va Bush Jr. uno se pregunta si realmente todo está tan al alcance y hay fórmulas que allanen lo devastado y borren las sombras que ahorcan la luz.
El empacho Obama va camino de ser un género en sí mismo: su telegenia, su discurso positivo, su épica de humanista, su verbo locuaz e íntimo no dejan demasiados secretos bajo la alfombra. El mismo país que laureó a Bush ha pasado el testigo a Obama. ¿Y entonces? España tiene también su legión de anti-ZP y de anti-Rajoy y la fotografía de Aznar planea por las provincias del reino concitando sentimientos legítimamente antagónicos. Hasta Franco, el dictador, regresa a la vida pública en estos días de desescombramientos y levantamiento de recuerdos. Nada nuevo pues. En cambio, el tal Obama agota ya en su periplo hacia el Capitolio. Cansa el abuso, que no es evitable, por otro lado. El modelo político es un modelo mediático. La política es una mercancia que se vende y se compra de modo que las grandes compañías de márketing y las consultorías de propaganda son las que escriben el texto de la realidad.


3 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuánta razón -al menos qué parecida a la mía- muestras con cuánto nivel semántico...como siempre, Emilio, como siempre. Tú sí que entusiasmas y no el negrito. El negrito-bronce es el líder que este rebaño que es el mundo está necesitando para encauzar su descarrilamiento. Bien dices que las esperanzas quizás sean desaforadas, y es comprensible. Estamos ávidos de mesías, la diferencia es que a éste lo hemos hecho y el inefable Bush dormía cada noche con la convicción de que lo era. En fin, dejemos que la rueda del globo siga dando vueltas y los hechos refutan o ratifiquen tanta fe. Yo, personalmente, sigo en los trece de mi agnosticismo acérrimo y no creo ni en este dios ni en cualquier otro, con mayor o menor fotogenia. Ya nos lo dice el maestro Sabina en un rap virtuoso: "El dinero...el único dios verdadero...¿Y Lutero, y Buda, y Mahoma? Con su pan se lo coman...

Jejej, no sé si viene mucho a colación, pero me he acordado por aquello de que el ansia por inflar las arcas siempre acaba jodiendo el buen propósito. Más si pretendes salvar el mundo.

Se verá.

Un saludo.

Tomás

Emilio Calvo de Mora dijo...

Al descarrilar, no pensamos con tino. Descarriados, sigo el mismo hilo fonético, no razonamos como sabemos. Obama triunfa. En el reino de los ciegos, el tuerto... Esperemos que no sea tuerto el muchacho y encauce el caos. Caos hay, tomás. A raudales. Yo ya tengo hasta miedo de poner la CNN de marras. Saluditos.

Anónimo dijo...

Hasta el gorro y más allá. Tienen razón los que dicen que es una estrella del pop. Estamos ya "jarticos" de Obama. Parece hasta que nos va a pagar la hipoteca y sacarnos del lodazal de todo.

Buen blog. Bueno de verdad.

Laurita

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