18.5.24

Un amor forense

 Una novia que tuve solo leía prospectos de medicamentos. Cortamos cuando enfermó. Me escribió cartas hasta que murió. Ahora salgo con una chica empleada en un tanatorio. La asisto en su oficio con perplejo desparpajo. He dado con mi vocación. Estudio tanatología en una universidad a distancia. Mi ambición es  la excelencia mortuoria. El nuestro es un amor forense. 

No hay comentarios:

Rosendo, Chuck Berry, mi padre

  No sé si estoy en lo cierto Lo cierto es que estoy aquí Otros por menos se han muerto Maneras de vivir Maneras de vivir, Leño, 1981 Uno no...