17.2.17

Ventanas / 1



La naturaleza de la ventana consigna la vocación de que se mire a través de ella. Las hay, sin embargo, que reclaman otro tipo de atención. No importa el objeto que movió a que se colocaran en donde está, no es importante el lugar al que se orientan. Es la ventana a la que se le ha extirpado su oficio y funciona como un cuadro al que se le dispensa una intención placentera. Es la ventana considerada como un objeto artístico. Podría estar cegada y tendría el mismo efecto estético. No se busque qué paisaje está volcado detrás, cuál luz impregna el aire o si el cielo que se aloja al fondo estalla de azul o incomoda de puro gris. A veces, al andar las calles, vemos ventanas que nos apasionan enteramente. Captan nuestro interés, nos conmueven o nos incitan a pensar en lo que hay tras ellas. Contrariamente al uso clásico, miran de forma inversa. Es lo que está dentro lo que anhelamos conocer. Da igual que no estemos a su altura, no se precisa asomarnos a ellas para sucumbir a su encanto.

2 comentarios:

Julia L. Pomposo dijo...

Desde luego, ésta es preciosa...
Un abrazo

José Luis Martínez Clares dijo...

La ventana es una metáfora que nos mira de vez en cuando. Y tu texto es la primera que veo abierta hoy. De par en par. Un abrazo

Un aforismo antes del almuerzo

 Leve tumulto el de la sangre, aunque dure una vida entera su tráfago invisible.