29.8.16

Ropas


Hay maneras de vestir que no cuadran con el contexto. Lo emborronan, hacen que parezca irreal incluso. Dicho de una manera resolutiva, el ojo no mira el escenario, sólo se esmera en los personajes que lo ocupan. Puede extenderse este argumento a la idea contraria: la del indigente o quien se viste pobremente que pasea una habitación lujosa y hace que no nos fijemos en ella, en la habitación, y sólo prestemos atención a su ropa. En el extremo, la desnudez también funciona como punctum máximo. La foto, extremadamente significativa, es de Ramón Masats. Yo sólo he tomado una idea. Hay muchas a las que arrimarse.

No hay comentarios:

Historias de Sócrates y Mochuelo / 1

   Ilustración; Ramón Besonías La ebriedad es nieve a la que entregamos una pisada obscena. El blanco humillado por el pie recuperará el ful...