28.12.08

El último libro del año...




A pocos días de entregar el caprichoso balance musical, cinematográfico y literario de 2.008, me embarco - con cierto recelo - a la lectura de Los hombres que amaban a las mujeres, de Stieg Larsson. La empiezo esta noche y descreo, en principio, de que sea tanto como todo el mundo dice. En libros, en música, más que en cine, suelo no dejarme llevar por la crítica visible, la que coincide cada sábado en los suplementos del periódico en machacar o elevar al cénit de la excelencia al libro que les ha tocado reseñar. De momento, enciendo esta noche el flexo, apago el mundo y me encierro en esta historia de flores enviadas cada uno de noviembre...

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo lo leí hace bien poco y ya he empezado la segunda parte de lo que parecen tres. Y te aseguro que vas a disfrutar y mucho. Las últimas páginas de las pesquisas de nuestros sabuesos no son aptas para corazones débiles y te meten en la trama y en las letras como pocos libros que yo haya leído, y eso que me encanta la literatura policiaca o negra o como se llame. Ya escribirás contando que te encantó, casi lo aseguro. Feliz entrada de año, y enhorabuena por la rica página...

Isabel Huete dijo...

Esperaré a tu comentario aunque me lo han regalado estos días. Estoy con Manuel Rivas y su "Los libros arden mal" y tengo pa un rato.
Yo también soy algo descreída respecto a los críticos de prensa pero de los amigos me fío por lo general.
Un besazo y buena lectura.

Emilio Calvo de Mora dijo...

Nada, cien páginas. Pero avanzamos. De hecho tengo el tomo II, en puertas. Informaré. De momento, disfrute total.

Anónimo dijo...

Leela, Emilio, y ya me dirás. En esto me adelanto ya que tú siempre estás por delante y me escribes sobre lo que voy a ver en cine, mayormente. El libro es una pasada, que se tarda en pillar, o así lo pienso yo. Tardé un par de días, leyendo mucho, en pillarla la chispa, pero una vez la pillas, ay, entonces ya no hay marcha atrás y terminas una página para empezar otra con avidez. Me han pedido para Reyes a mis años la segunda parte. Lo de la canija con la cerilla y todo eso. ¿Tçu también caerás? RAfa

Comparecencia de la gracia

  Por mero ejercicio inútil tañe el aire el don de la sombra, cincela un eco en el tumulto de la sangre. Crees no dar con qué talar el aire ...