18.7.20
Bosquiniadas IX / El jardín de las delicias / Tabla central
A veces hace falta no estar, darse un descanso de verdad, un irse de uno mismo y volver más tarde. No entra la consideración de que sea una fuga, no es que desaparezcamos: estamos si se nos precisa, hay una evidencia tangible de nuestra presencia, pero es otro el viaje, está en el interior, aunque no recorramos largas distancias y pongamos cuanta más tierra de por medio mejor. En cierto sentido, cuenta el anhelo legítimo de volver a empezar, de cerrar un trayecto y no pensar siquiera en el que esté por venir. Me he ido, no estoy, no me busquen, no cuenten conmigo para nada. No estoy.
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