24.3.10

Kaplan, Kaplan, Kaplan, Kaplan, Kaplan, Kaplan


Siempre que veo este fotograma pienso en los trajes de Cary Grant. Pienso en un anuncio de trajes de marca y unos tipos jugando al baloncesto, en una de esas canchas de barrio negro en Nueva York. Pienso en Tiburón, la película de Steven Spielberg. Pienso en el terror ocupando un espacio infinito y no recluído en un sótano o en una habitación comida de sombras con un repunte de violínes en el aire. Pienso en Kaplan, en lo bien que suena. Kaplan. Kaplan. Y me quedo mirando el fotograma y vienen el baloncesto y el tiburón y la palabra Kaplan en tromba. Aturdiéndome.

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6 comentarios:

Sesión discontinua dijo...

una entrada sincera, sencilla y directa. Gracias por compartirla.

Nos leemos!!!!

Ramón Besonías dijo...

Hitchcock inventó en parte el cine moderno porque construía personajes cotidianos sometidos a situaciones que en el cine clásico sólo le sicedían a grandes héroes o personajes históricos.

Hitchcock hace que el espectador empatice con el protagonista, que sienta su miedo y perplejidad.

Kaplan es el alterego del personaje real que interpreta Grant, el héroe casual transformado por el azar. Nosotros mismos nos convertimos en Kaplanm mientras permanecemos sentados en la butaca del cine o en el sillón de casa. Termimada la película, quizá la ficción transforme al Edipo que fuimos en un hombre nuevo.

Anónimo dijo...

Es una gran película, un clásico, y esa escena es antológica. Hitchcock es extraordinario a la hora de manejar intrigas. Me parece magnífico el comentario de Ramón Besonias. Muy de acuerdo con la idea de que el cine de héroes, en Hitchcock, recibe un giro que beneficia al común de los mortales. Hace el suspense democrático. Eso es. Saludos y abrazos.


Ch. M.

Lee Van Cleef dijo...

A mi es que Cary me recuerda a tantas cosas, me pasa lo mismo...me ha encantado tu nexo con Tiburón.
Hitchcock quería ser Cary, se nota en cada fotograma de las pelis que hicieron juntos ;)

Un saludo!!

Emilio Calvo de Mora dijo...

Al escribir de cine, de cine que a uno le gusta, sale a veces lo sincero, lo sencillo, lo directo. Un abrazo. Nos leemos, claro.

La épica doméstica, Ramón. Es cierto. Hitchcock reformuló el thriller y, por supuesto, reescribió, o como se diga, el Suspense. El espectador es Kaplan. El director, el bueno, se imagina primero espectador.

Es muy bueno el comentario de Ramón, ch. M. De hecho uno se siente feliz por hacer que los lectores escriban y escriban cosas como esta.

Siempre me ha gustado el terror descontextualizado. Nada de sótanos ni casas embrujadas ni bosques tenebrosos. Terror al aire libre. Al sol. En lo abierto. En eso Tiburón es una obra maestra. En eso, y en más.

Carlos dijo...

Hitchcock: palabras mayores. Hará veinte años que vi North by northwest (la escribo así porque la primera vez que la vi fue en v.o. con subtítulos) en un videoforum de esos de la universidad. Me quedé prendado del ritmo. No se hacen películas con ese tipo de ritmo. O si se hace, yo no lo aprecio. Hay desparrame, hay intensidad, pero falta ritmo. Está todo pillado con pinzas. Estoy con usted en el magisterio del Hitchcock. Y me ha gustado mucho, es cierto, la visión del comentarista Besonias sobre su escrito. Un saludo.

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