7.6.09

Murakamiando



Gente fiable y de recto proceder lector me recomienda que empiece ya de una vez a leer a Murakami así que hoy compré en edición de bolsillo, es decir, barata, por si la gente fiable deja de serlo y me salen ranas los recomendadores habituales, Tokio blues (Norwegian wood). Me gusta más la edición original, de Tusquests, que es la busco y coloco en el editor. Es una de esas portadas que no te permiten dejar de pensar en ella durante mucho tiempo. Por lo menos hasta que empiezas la trama.
Tomo esta noche el libro al cobijo de mi voracidad lectora y encomiendo al azar y a la conjunción de las estrellas que la prosa del tal Murakami me aturda. Necesito últimamente (por circunstancias estrictamente personales) literatura que me aturda. La vida es lo que es y los libros pueden ser otra cosa. Siempre encontré en los libros cosas que sólo se pueden encontrar en los libros.

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11 comentarios:

Alex dijo...

Te va a gustar mucho, Emilio. Es una novela muy especial para mí que en un momento dado se confundió con mi vida. Murakami tiene el don. Verás. Y sí, como tú prefiero la edición de Tusquets (la que leí). Se adentra mejor.

Mycroft dijo...

Solo he leído un libro de Murakami, Kafka en la orilla. Me pareció muy bueno, pero algo disperso, algo esotérico.

emilio dijo...

Poco llevo; nada que comentar todavía pero hacía tiempo que no pillaba un libro con tanto entusiasmo, Alex. Luego tú me aconsejarás otros, seguro.

Mycroft, disperso, esótérico: creo que la dispersión y el esoterismo, a veces, me van mucho. A ver qué pasa.

Saludos a los dos.

A ver si entramos en materia y para el verano hacemos otra sesión de cuentos a tres bandas.

responded, ¿hace?

Alex dijo...

Lo acabo de recordar, Emilio. Llevé este libro a tu ciudad en junio. Reposó en la mesa de una cervecería (no recuerdo el nombre, me perdonarás) y tú me preguntaste por él.

Por mi parte (no sé Mycroft) lo de los cuentos no será fácil, pero se intentará. Te cuento en dos semanas.

Emilio Calvo de Mora dijo...

Sociedad de Plateros: ese era el bar, cerca de la Mezquita. Sí, recuerdo un libro. No el título ni el autor. Buscábamos Mahou y hablamos de muchas cosas. En realidad fue un día charlador por los tres. Un buen día. Así que allí estaba el Murakami... eh!!!!!!

Alex dijo...

Allí andaba Murakami, en la Sociedad de Plateros, es verdad. Me lo repetiste varias veces. Imperdonable olvido.

Fue un día de charlas que llevaban a otras, sí. Tu mujer (maravillosa) y tú y yo. Créeme que lo recuerdo con frecuencia. Lo pasé tan bien. Ojalá pronto se pueda repetir y dure más.

Por cierto, un abrazo muy fuerte para tu gente que me trató de maravilla.

Emilio Calvo de Mora dijo...

Se repetirá y durará más; sólo hay que buscar un hueco bueno. A mí también me trae muy gratos recuerdos. Álex existe, podría decirse, para quien llevaba mucho tiempo leyendo letra en un pantalla, trozos de vida en un antártida. En fin. Cuídese mucho. Llegan los calores: aquí ya se nota, y mucho. Summertime, and the living is easy.....

Julio Almenara dijo...

Me parece que vas a disfrutar, Emilio, por lo poco que te conozco por lo que escribes. No flaquees. Es su novela más accesible. A mí me gusta mucho más Kafka en la orilla y estoy disfrutando precisamente ahora su relectura, algunos años después. Saludos. A leer, a buscarle el alma al libro.

Emilio Calvo de Mora dijo...

LLevo poco; no son buenos días para leer, pero me imagino que pronto podré dedicar full time, que dicen los ingleses, Julio. De momento me gusta la forma de escribir. Lo otro, lo que va debajo, necesita su tiempo. Como todo. Gracias. Kafka va detrás.

Bobby Chilton dijo...

Ahora llego yo y discrepo con todos los fans del harakami este o murakami o como se llame,q ue me da lo mismo que es igual. A mi me aburre y me aburre haciendo constar que he leido este tokio blues y también la del sputnik que me cansó una "jartá mu grande"... Asi que disfruta, pero luego me cuentas, jejejeje. Que mania teneis..

Benjamín Black dijo...

Es aburrido hasta que ya no puedes aburrirte más, escribe con una sencillez en la que no pasa nada y lo que es peor, no engancha. Y juro por el espíritu del loto imperial de la séptima luna de agosto que me esforzé en pillarle el punto. No lo pillé y dudo que lo intente otra vez. Ahora... cada uno es libre... Gracias a Dios...

La gris línea recta

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