13.3.24

Elogio de la desviación



Se tiene una idea confusa de la creatividad, se cree que es un añadido a la realidad o una herramienta que la expurga o la acicala, cuando es su esencia. A decir de los científicos, hubo un momento en que la naturaleza se inclinó al orden, debiendo haber sido más sencillo elegir el caos. Hay un patrón secreto, una manera predecible de entender la realidad, pero el placer está en el reverso de ese patrón, en lo que esa pauta dejó de lado, todo cuanto no quiso que fuese suyo y fluyese sin gobierno, a consideración de quien lo apreciara. En la vida, pasa tres cuartos de lo mismo. Uno cree que lo importante es cumplir lo que se espera, obedecer y firmar en un registro, para que nada se descarríe ni se aparte de la norma. Uno contribuye en lo que puede al ajuste de todas las piezas y se procura entenderlas, pero tiene algo de hermoso el caos. Está ahí toda la belleza, disimulada, consciente de que el que la busque debe esperar el concurso del azar. La belleza irrumpe caprichosamente. Puede imponerse un aprendizaje, pero se accede a ella al antojo de la fortuna, guiado por su voluble dedo. Crear es siempre una desviación. Todo lo que amamos es un apartarse lírico, un vuelo ciego, un andar sin porqué.


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