15.11.09

Servido el veneno, abierto el verso...


Charles Baudelaire no creía en el azar. Tampoco en la cogorza imbécil de quienes no buscaban en la ebriedad un instrumento para descerrajar los usos de la belleza, la rutina implacable de sus signos. Sin freno, ni espuela ni brida, cabalgó el éter formidable de los iluminados y cortejó el abismo como casi ningún otro poeta. Después le han seguido muchos, pero él tiene el muy relevante mérito de haberse sacrificado por amor al arte. Servido el veneno, abierto el verso.

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5 comentarios:

Isabel Huete dijo...

Es estupendo cuando la bebida te vuelve el ser más lúcido del mundo. Los demás creen que estás borracho mientras tú acabas de encontrar la piedra filosofal.
Me encanta Boudelaire.
Besotes.

Emilio Calvo de Mora dijo...

Es peligroso el viaje, Isabel. Aturdido, ebrio, las palabras tienen otros escondites, se dejan manejar con otro ritmo, pero también duelen, queman. Borracho, lo que se dice borracho, no hay arte. Debe buscarse un cierto grado de equilibrio. Y debe buscarse cuando se poseen recursos (de todo tipo) par frenar la travesía, para borrarla si es necesario. No podemos todos ser Baudelaire. Y tal vez mejor que se así. Un beso grande. Ponte buena.

Alex dijo...

La ebriedad es un don, como dijiste en más de una ocasión, Emilio. Un don que debe manejarse con habilidad por no caer en el delirio de la tentación que supone la nada. El sueño sin sueños. Baudelaire aturde al leerlo por primera vez. Es descarnado, sensible y cruel. Como los vapores de la ginebra.

Cárdenas dijo...

Baudelaire es el padre de la poesía moderna. En él arrancan todos los demás. Las flores del mal es uno de los libros CAPITALES DE LA HISTORIA. Te ha salido un post de los que me gustan. Soy un baudelairiano desde siempre. ¿Se puede ser eso? Pues aquí hay uno. Dos, por loq ue estoy viendo. Salud, compañero!!!

Emilio Calvo de Mora dijo...

Los vapores de la ginebra. Leí a Baudelaire, la primera vez, en una época etílica. Todos tenemos épocas etílicos. Algunos no las dejan jamás. Baudelaire es ebriedad, Álex. Tengo pensando escribir sobre la relación entre las adicciones (tabaco, alcohol...)y la forma de escribir. Incluso sobre la necesidad de escribir.
Tenemos pendiente una tarea navideña. Me pillas?

Soy de Baudelaire. Soy, sobre todo, de Las flores del mal. Lo he leído las veces suficientes. Antes sabía poemas de memoria. Ya no. No sé francés. Eso me hará perder tanto, Cárdneas.

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