14.4.23

Un cuento antiguo

 

Fui reclutado por las hordas bárbaras. La locura les había desencajado el rostro. Hablaban con los ojos cerrados, no tenían orejas. Me leyeron un decálogo de sangre. Antes de mí, otros; después, el mundo. Soñé que me rescataba un ejército. Entraron por un túnel angosto y secreto. De uno en uno. Con milagroso tesón, accedieron a mi mazmorra. Tardaron cien años. Al llegar, les leí el decálogo.

No hay comentarios:

La nieve en Lucena

No atino a encontrar razones, quizá la falta de tiempo o que no haya tenido quien me inicie, una mano precursora, un espíritu generoso, los ...