No sabe uno cuándo se malogró lo que quiera que fuese a lo que vino a esta vida, si se desgració por manejo indebido o ni hubo siquiera una intervención propia o ajena que precipitara el despiece, toda esa declinación del cuerpo y toda esa incomparecencia del espíritu. Tampoco posee uno intendencia en argüir los motivos, en dar con los más convenientes. Nos vamos afantasmando, adquiriendo la consistencia de algo en continua evanescencia. Y, sin embargo, incluso cuarteado, zaherido y comido a bocados por la crudeza del tiempo, qué hermosa travesía es vivir, con qué ardor se trasiega por los caminos que traza. Y no hay derrota alguna, ni decadencia que no se pueda transformar en ascenso, en dulce don que el corazón aplaude. Todo es clamor, luz que convida a que más luz acuda.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Frenadol blues
Andaba enredado en una página seria, qué sabrá uno, en la que se contaba amenamente que unos científicos han descubierto que el tiempo pue...
-
Con suerte habré muerto cuando el formato digital reemplace al tradicional de forma absoluta. Si en otros asuntos la tecnología abre caminos...
-
Hace algunos años o algunos cursos (los maestros confundimos esas dos medidas del tiempo), escribí este cuento para los alumnos de sexto d...
-
Tinto Brass , en cierto modo, es un viejo verde con una cámara: uno del tipo que cambia los Anales de Tácito o las Obras Completas de Giaco...

No hay comentarios:
Publicar un comentario