El paraíso es propiedad de quien lo sueña, de quien nombra y cuenta sus prodigios. El paraíso también pertenece a quien lo sabe lejano o inalcanzable. La luz es un milagro y adquiere cuerpo con la eclosión cómplice de la sombra. Una catedral es una emanación poética que preludia un paraíso. El feligrés es lector de la luz. Dios es el orfebre de esa geometría sin motivo.
30.10.21
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1 comentario:
Interesante fotografía. Dios es luz.
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