Y qué hermoso sería que la estancia entre la tercera y la cuarta, caso de que la ominosa cuarta finalmente acuda, dure mucho y nos procure el júbilo suficiente como para no tener que pensar en ninguna otra...
No estaría nada mal permanecer enclaustrado entre las botellas que citas. Yo me conformaría con un par de horas sumergido una de las dos (si es la tercera mejor).
Y ya que te prometí una foto del garrulo, aquí la tienes...
En la tercera, my friend, se pasan horas formidables. Luego hay peaje, claro, pero igual hasta conviene de vez en cuando cierto exceso, algún atajo entre el lirismo y la dulzura de la ebriedad...Me ha quedado poético, sin querer poesía precisamente esta noche, pero es verdad que hay en la ebriedad una especie de don. El don de la ebriedad fue, por cierto, un libro de poemas que no pudo ver la luz, aunque el ayuntamiento de mi muy mariana y hoy llovida villa estuvo a punto de editarlo... La foto, álex, no la pillo, me sale un link erróneo o algo así...
Bárbara, tiempos excesivamente preocupados del género y despreocupados de tantas otras cosas. En fin... Esta noche le pego un repaso a tu blog, que lo tengo desatendido... Buenas noches a los dos...
Esto es mil veces mejor que cualquier felicitación navideño. Feliz cebada para todos!
ResponderEliminarLo es, Bárbaro. En grado extremo. Feliz ingesta.
ResponderEliminarBárbaro no, claro. Con "a". Femenino, "a". Bárbaro es el grado de la foto... Jeje
ResponderEliminar... Y qué razón tienes amigo. A ver si nos vemos antes de la navidad.
ResponderEliminarSalud.
Sí, Conrado, eso de quedar antes de Navidad me parece una idea estupenda y hay que buscar un hueco...
ResponderEliminarNo estaría nada mal permanecer enclaustrado entre las botellas que citas. Yo me conformaría con un par de horas sumergido una de las dos (si es la tercera mejor).
ResponderEliminarY ya que te prometí una foto del garrulo, aquí la tienes...
http://www.flickr.com/photos/puedo_saltar_charcos/3104043773/sizes/l/
Sin acritud, Emilio. Con cariño siempre.
Hala, como se entere la Bibi de mi navideño y tu Bárbaro se nos cae el pelo
ResponderEliminarEn la tercera, my friend, se pasan horas formidables. Luego hay peaje, claro, pero igual hasta conviene de vez en cuando cierto exceso, algún atajo entre el lirismo y la dulzura de la ebriedad...Me ha quedado poético, sin querer poesía precisamente esta noche, pero es verdad que hay en la ebriedad una especie de don. El don de la ebriedad fue, por cierto, un libro de poemas que no pudo ver la luz, aunque el ayuntamiento de mi muy mariana y hoy llovida villa estuvo a punto de editarlo...
ResponderEliminarLa foto, álex, no la pillo, me sale un link erróneo o algo así...
Bárbara, tiempos excesivamente preocupados del género y despreocupados de tantas otras cosas. En fin... Esta noche le pego un repaso a tu blog, que lo tengo desatendido...
Buenas noches a los dos...
Te delatas, hombre, te delatas...Pero a ver si nos delatamos un rato y echamos unas del tipo 3. Jajaja. Rafa
ResponderEliminarFunciona el enlace, Emilio. Corta, pega y verás al garrulo en su salsa. Y si no lo ves no te pierdes gran cosa.
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