Mercenario brutal de Hollywood, obrero estajanovista, es capaz de lo más sublime y de lo más rastrero, pero siempre hipnotiza esa cara de pirado con historia. Willem Dafoe le hace sombra en esa galería de rostros impenetrables, fácilmente convertibles en cromos del bestiario friki de la gran pantalla. Frecuentemente arrumbado a la sórdida nómina de gente perversa y retorcida, Walken se refugia en roles de bondad refulgente, papeles de inmediata adherencia a la memoria del cinéfilo (Atrápame si puedes) pero el Walken clásico es el Walken pérfido, ese hombre de rostro caligráfico, sometido a turbulencias mentales insospechadas, que no podía ser en la vida otra cosa sino actor. Y uno de los más amados por este cronista.

Emilio, has dado con el crack absoluto, el rostro impenetrable, sí señor. Debe ser temible en persona o cercano, no sé. Capaz de todo. Bueno, malo.
ResponderEliminarUn verdadero grande, coincido plenamente.
ResponderEliminarSus múltiples rostros y miradas en la película de Cronenberg son sublimes.
Saludos!
No hay quien le gane en misterio. Es el rostro más personal de la Historia del Cine junto al curioso actor que dio vida al primer Nosferatu y cuyo nombre no atino ahora a recordar.
ResponderEliminarCronenberg le ha exprimido bien, pero creo que él se basta para llenar una película. En Pulp fiction, pongo por caso, tiene un papel pequeñito, pero llena todo el metraje. Es un actor formidable. Lo comparo con Gary Oldman, Hernán. Ambos van de la mano. Histriónicos, excesivos, ampulosos.
ResponderEliminarPhileas, muy atinado su comentario. El actor de Nosferatu, tampoco recuerdo el nombre, era otro actor con cara de estar en otro mundo. Igual lo estaba. Saludos.
ResponderEliminarHijo de tm, qué bueno volver a ver. Y es verdad eso de que es capaz de lo mejor y de lo peor. Genio en todo.